El usuario en el centro de todo.

Actualmente vivimos en una sociedad muy diversa, en un mundo globalizado donde, gracias al internet, tenemos una infinidad de opciones por elegir, marcas que venden aparentemente los mismos productos o servicios pero que deben diferenciarse de cierta manera para ganarse la confianza de los clientes.

Es por eso que la accesibilidad, facilidad de uso y aquellas herramientas que ayudan al usuario a realizar ciertas acciones, cada vez van tomando mayor importancia en los negocios.

Para todo esto, es necesario entender al usuario, el cual es aquel individuo que utiliza un objeto, dispositivo o un servicio y al hacer esto, en ese momento, se establece una interacción entre el producto-servicio y el individuo. Dicha interacción podrá ser buena o mala, dependiendo de la experiencia que haya tenido esta persona al tratar de realizar la tarea que pensaba que nuestro producto-servicio le solucionaría.

El éxito de un producto-servicio depende de la aceptación de los usuarios, por lo cual, es necesario crear ese vínculo para lograr experiencias óptimas. Si los productos-servicios no fuesen pensados para los usuarios que los consumirán, difícilmente funcionarán de la mejor manera.